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En mi primer semestre como estudiante de Contaduría Pública, he experimentado una fascinante travesía que ha superado mis expectativas tanto en términos de conocimientos técnicos como en conexiones humanas. Este comienzo en la carrera ha sido más que un proceso de adquirir habilidades contables; ha sido una inmersión en un mundo de aprendizaje compartido y crecimiento personal, destacando la importancia del factor humano.

Desde el inicio de las clases, me di cuenta de que la Contaduría Pública no solo trata de números y balances, sino también de las personas que comparten este camino educativo. La formación de amistades en mi primer semestre no solo ha sido una experiencia social, sino un elemento clave para enfrentar juntos los retos académicos.

La colaboración con mis compañeros en proyectos y tareas ha sido fundamental. En cada discusión, en cada resolución de problemas, he encontrado no solo colegas, sino amigos que comparten un interés común en la contabilidad. Juntos hemos explorado conceptos, superado obstáculos y celebrado pequeños triunfos, creando un ambiente de apoyo mutuo que ha enriquecido mi experiencia académica.

Además, el papel de los amigos ha trascendido lo puramente académico. En los momentos de adaptación y desafío, contar con compañeros de primer semestre que comparten inquietudes similares ha sido reconfortante. La camaradería que hemos construido ha contribuido a hacer más llevadera la transición a esta nueva etapa educativa.

El aprendizaje no solo se ha limitado al aula. Las conversaciones informales con mis amigos de primer semestre han añadido capas de comprensión y han proporcionado perspectivas únicas sobre la profesión contable. Descubrir las metas individuales y las motivaciones de cada uno ha ampliado mi visión, demostrando que la Contaduría Pública es más que un conjunto de reglas; es un campo en constante evolución que se nutre de las experiencias y aspiraciones de quienes lo eligen.

A medida que avanzo en mi primer semestre, veo la Contaduría Pública como un entrelazado de conocimientos y relaciones humanas. La colaboración con mis amigos no solo ha mejorado mi comprensión de los conceptos contables, sino que también ha proporcionado un apoyo emocional valioso en mi transición a la vida universitaria.

En conclusión, este primer semestre en Contaduría Pública no solo ha sido un punto de partida académico, sino el comienzo de una red de amistades y conexiones significativas. La profesión contable, desde esta perspectiva inicial, se presenta como un viaje en el que las personas son tan fundamentales como los conceptos. Este primer semestre ha sentado las bases para una experiencia educativa enriquecedora, donde el aprendizaje técnico y el crecimiento personal van de la mano.

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